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El hormigón es el material más utilizado en la construcción, pero tiene un gran problema: puede agrietarse fácilmente cuando se somete a una tensión prolongada. La solución a este problema podría estar en el bio-hormigón.
¿Qué es el bio-hormigón?
El bio-hormigón es un nuevo material desarrollado por el microbiólogo Henk Jonkers de la Universidad Técnica de Delft en los Países Bajos. Este material utiliza la técnica de Delft para producir lactato de calcio mediante la bacteria Bacillus pseudofirmus. Es capaz de producir este compuesto a partir de la urea que se encuentra en la mezcla de cemento.
DARPA, la agencia responsable de las investigaciones más punteras del Pentágono, ha iniciado el proyecto BRACE (siglas en inglés de Restauración Bioinspirada de Edificios de Hormigón Envejecidos). Ha desarrollado un bio-hormigón capaz de repararse a sí mismo y eliminar los daños antes de que se extiendan o comprometan la integridad estructural. El desarrollo de esta tecnología podría abaratar su coste y hacer posible su fabricación a gran escala. Con ello, se conseguirá un hormigón capaz de reparar las grietas en edificios y carreteras por sí mismo. Esto supone una revolución en el mundo de la construcción.
Ventajas del bio-hormigón
El bio-hormigón presenta varias ventajas en comparación con el hormigón convencional. Comentamos algunas de ellas:
- Autorreparación: el bio-hormigón puede reparar las grietas de manera autónoma gracias a la acción de microorganismos. Estos se encargan de llenar los espacios abiertos en la estructura del material. Esto aumenta la durabilidad del hormigón y reduce la necesidad de costosas reparaciones.
- Reducción de emisiones de CO2: el proceso de producción del bio-hormigón emite menos CO2 que el proceso de producción del hormigón convencional. Además, la capacidad autorreparadora del bio-hormigón reduce la necesidad de producir y transportar nuevo material.
- Mayor resistencia: el bio-hormigón es más resistente a la compresión y a la flexión que el hormigón convencional, lo que lo hace más adecuado para aplicaciones estructurales.
- Mayor durabilidad: el bio-hormigón tiene una mayor resistencia a la erosión y a la corrosión, lo que lo hace más duradero en ambientes extremos, como zonas costeras o con alta exposición a sustancias químicas.
- Menor costo: aunque aún se encuentra en etapas de investigación y desarrollo, se espera que el bio-hormigón tenga un menor costo que el hormigón convencional debido a su capacidad autorreparadora, lo que reduciría la necesidad de costosas reparaciones y mantenimiento. Además, la reducción en la emisión de CO2 durante su producción podría resultar en incentivos fiscales y de regulación.
En conclusión, el bio-hormigón es un material innovador y sostenible que ha llegado para revolucionar el mundo de la construcción. En Herbesco, estamos comprometidos con la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías que nos permitan ofrecer soluciones cada vez más respetuosas con el medio ambiente y más duraderas.
El bio-hormigón se ha convertido en una alternativa real y eficaz a los materiales convencionales. La bacteria Bacillus pseudofirmus y el lactato de calcio son los ingredientes clave que hacen posible que el material se repare a sí mismo, prolongando así su vida útil y reduciendo la necesidad de mantenimiento.
En Herbesco seguimos trabajando para mejorar y perfeccionar nuestros productos y servicios, y estamos seguros de que el bio-hormigón será una pieza clave en nuestra estrategia de crecimiento y desarrollo.
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