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Una piscina en un jardín sin mencionar la comodidad y el disfrute de la misma para los usuarios que día a día puedan hacer uso de ella, ennoblece la totalidad del contorno dándole categoría al lugar donde se encuentra enclavada, es el elemento principal que forma el conjunto decorativo y maquillaje del jardín, la presencia del agua proporciona una nota de colorido al paisaje y solamente con contemplarla merece la pena haberla construido, sin mencionar los beneficios que nos puede aportar, tanto en comodidad, salud y relajación.
La piscina tradicional suele ser diseñada con líneas rectas,(cuadradas, rectangulares) con profundidad creciente de menor a mayor, su revestimiento interior realizado con azulejo o gresite y exterior con piedra artificial ( material muy poroso que evita el calentamiento del paramento) o losa de barro. La entrada y salida de la misma se hace por escaleras bien de acero o realizadas con peldaños de obra.
El sistema de depuración y mantenimiento del agua está realizado con tratamientos de cloro y sistema de filtración mediante arenas de sílex.
El sistema más usual, es la filtración con arena de sílex, esto no quiere decir que sea el mejor sistema, se coloca con más frecuencia por precio, por comodidad y hasta por costumbre, con la filtración mediante arena de sílex, se consigue filtrar el agua a unas 35 micras, esto quiere decir que todas las partículas inferiores a este grosor atravesarán las arenas que contiene el filtro y volverán nuevamente a la piscina.